Muchas veces no somos conscientes del volumen de movimiento de personas y materiales en nuestros centros de trabajo al cabo del día. Los pasillos, las rampas o las puertas están constantemente llenos de personas transitando o acarreando bultos.
El hecho de circular por estos espacios conlleva la posibilidad de que ocurran accidentes, principalmente caídas, golpes y choques. Su origen principal son las condiciones o suciedad de las superficies de trabajo o defectos existentes en las mismas, como aberturas diversas, mantenimiento y limpieza insuficientes, señalización inexistente o inadecuada, etc.
Las superficies de trabajo son, por estos motivos, origen de un gran número de accidentes laborales, principalmente las caídas al mismo nivel que representan aproximadamente el 10% del total de accidentes con baja registrados en España anualmente, según fuentes del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo.
Por ello, renovar un suelo en mal estado es un proceso frecuente en todo tipo de industrias y comercios.
Ante lo costoso de realizar una obra —proyectos, permisos, materiales, tiempo de ejecución…— existen soluciones en el mercado más económicas como son, por ejemplo, las resinas epoxi. Tienen multitud de acabados y colores y ofrecen la opción de pintar líneas para delimitar zonas además o pasillos. Si bien es un material que, si está bien instalado, puede ser una buena opción, siempre y cuando se tengan en cuenta ciertos aspectos:
- Elegir el producto correcto y el acabado necesario, porque existen multitud de combinaciones que si no se aplican correctamente pueden dar peor resultado que no hacer nada (grietas, burbujas, humedades).
- El suelo debe tener unos porcentajes de humedad concretos, ya que si no es así, se agrieta y se puede levantar en muy poco tiempo. Asimismo, suele ser necesario nivelar el suelo con productos específicos, además de aplicar sellantes para mejorar la adherencia.
- Hay que tener cuidado con la elección del instalador ya que existen muchos “profesionales” sin los conocimientos ni la maquinaria necesaria que puede desembocar en un pésimo trabajo a muy corto plazo y sin la posibilidad de reclamar a posteriori.
Una buena alternativa a las resinas epoxi para renovar el aspecto de los suelos envejecidos o desgastados son las losetas de PVC. Cualquier superficie se puede cubrir óptimamente con este tipo de losetas, siempre que está limpia y no tenga agujeros.
Están especialmente pensadas para zonas con un tráfico muy intenso ya que son extremadamente resistentes incluso al paso de vehículos pesados. Además, su superficie es antideslizante aun estando mojada, aíslan del frio y la humedad y son aptas para trabajar a temperaturas extremas (desde -15ºC hasta 90ºC). Más sencillas de colocar, son más duraderas y su instalación no está sujeta al estado del suelo. No requieren de ninguna herramienta ni adhesivo y son fáciles de limpiar con agua a presión, aunque resisten a cualquier tipo de detergente. En caso de daño de alguna loseta su sustitución es rápida y sencilla.
Otro aspecto a tener muy en cuenta de este tipo de suelo es que, además de representar una solución muy duradera, es además mucho más atractiva que otras soluciones para suelos con alto tránsito. Por ello, no sólo se puede aplicar en entornos más industriales, como naves, almacenes o garajes, sino en zonas de tránsito humano como aeropuertos, estaciones de autobús, colegios, hospitales, gimnasios, barras de bar, bodegas, oficinas, y un largo etcétera.
